Ensayo literario
En un ensayo literario, el autor no
solo se limita exclusivamente a abordar el tema de referencia, sino que además
aporta observaciones, costumbres y experiencias relativas a la misma. Se
caracteriza por ser un ensayo subjetivo, directo y sencillo. El objetivo final
de un ensayo literario es plasmar la visión personal del autor sobre el
tema en cuestión.
Son muchos los autores que
optan por escribir sobre dos temas. Generalmente, uno de ellos hace referencia
a experiencias personales o reflexiones propias sobre la temática principal del
ensayo.
·
Subjetivo y
cuidado en el estilo. Que sea
literario hace alusión a que el ensayista trata no solo de convencer al lector
de las ideas que escribe, sino también de generar un impacto artística en él a
través de un lenguaje que puede llegar a ser complejo pero elegante.
·
Libertad. Como todo ensayo, el autor tiene la facultad de
escribir su ensayo sin alguna formalidad. Es el género más libre y por esa
razón el preferido de muchos autores al momento de manifestar razonadamente un
pensamiento
·
Argumentos. El ensayo es un escrito ideado para
transmitir una idea y convencer. Y solo podemos convencer a alguien cuando
utilizamos un argumento construido.
Ejemplo de ensayo literario
El hombre
mediocre, de José Ingenieros
Cuando pones la proa
visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible,
afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte
misterioso de un Ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones.
Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti,
quedas inerte: fría bazofia humana. Sólo vives por esa partícula de ensueño que
te sobrepone a lo real. Ella es el lis de tu blasón, el penacho de tu
temperamento. Innumerables signos la revelan: cuando se te anuda la garganta al
recordar la cicuta impuesta a Sócrates, la cruz izada para Cristo y la hoguera
encendida a Bruno; -cuando te abstraes en lo infinito leyendo un diálogo de
Platón, un ensayo de Montaigne o un discurso de Helvecio; cuando el corazón se
te estremece pensando en la desigual fortuna de esas pasiones en que fuiste,
alternativamente, el Romeo de tal Julieta y el Werther de tal Carlota; -cuando
tus sienes se hielan de emoción al declamar una estrofa de Musset que rima
acorde con tu sentir; -y cuando, en suma, admiras la mente preclara de los
genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes,
inclinándote con igual veneración ante los creadores de Verdad o de Belleza.
Todos no se extasían, como
tú, ante un crepúsculo, no sueñan frente a una aurora o cimbran en una
tempestad; ni gustan de pasear con Dante, reír con Moliére, temblar con
Shakespeare, crujir con Wagner; ni enmudecer ante el David, la Cena o el
Partenón. Es de pocos esa inquietud de perseguir ávidamente alguna quimera,
venerando a filósofos, artistas y pensadores que fundieron en síntesis supremas
sus visiones del ser y de la eternidad, volando más allá de lo real. Los seres
de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento
polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la
humanidad: son idealistas.
Definiendo su propia
emoción, podría decir quien se sintiera poeta: el Ideal es un gesto del
espíritu hacia alguna perfección.
Interesante e informativo :)
ResponderEliminarAY! Muchas gracias, me ayudo su información, chicos, gracias
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